La tecnología biomédica ha
avanzado a pasos agigantados en los últimos año y uno de los principales logros
del que ya podemos hacer uso en la práctica médica general y traumatología es
la fabricación de férulas en 3D para inmovilización de fracturas, así como
algunos esguinces más frecuentes en la práctica diaria como es el esguince de
tobillo y muñeca.
Mediante un proceso relativamente
sencillo, limpio, seguro y a un coste razonablemente bajo (entre 60 y 130€) y
mediante el uso de una tecnología al alcance de cualquier centro modesto, es
posible tratar una gran cantidad de fracturas muy frecuentes en nuestro medio con las ventajas de minimizar
las complicaciones frecuentes de una escayola que aun hoy día sigue en uso,
tales como:
·
La escasa o nula visualización de la aparición
de complicaciones como síndrome compartimental,
infección de heridas y flictenas, isquemia distal, todo lo cual requiere
retirada y recolocación de las escayolas en múltiples ocasiones en un mismo
proceso de recuperación.
·
Mayor higiene y limpieza tanto para el paciente
como el personal asistencial y menor frecuencia de alergias ya que la persona
puede ducharse perfectamente sin que suponga un daño a la escayola, por ser material hipoalergénico además es más liviano
transpirable 100% así como mucho más resistente evitando el debilitamiento
progresivo del yeso y roturas del mismo.
·
Posibilidad del inicio fisioterapéutico mucho más temprano por medio
de electro-estimulación ya que por sus múltiples orificios se pueden colocar
los electrodos. Menor incidencia de atrofias musculares en procesos que
requieren periodos largos de recuperación. Se puede recortar el tiempo de
recuperación funcional hasta 15 días antes, lo que supone finalmente, además de
todo lo antes descrito, una reincorporación laboral más temprana. Dado la gran
versatilidad de la férula, en muchos trabajadores con puestos de trabajos de
menor exigencia física se puede inclusive prescindir de bajas laborales.
·
Menor coste a la larga ya que no se requiere
salas especiales, con instalaciones sanitarias,
grandes áreas para almacenar todos los materiales requeridos, siendo una trabajo más limpio para los profesionales.
Tampoco requieren las sierras para su retirada ya que simplemente libramos en
un click los cierres que unen las dos piezas.
·
Dado que la férula que se fabrica en la
impresión 3D es un molde perfecto de la parte anatómica del paciente por un escaneo que se hace bajo un sistema
muy sencillo como hacer una fotografía panorámica, se amolda perfectamente sin el riesgo de
quedar muy apretada o muy floja y sus consecuentes riesgos como pseudoartrosis
y retrasos en la consolidación, ulceras, hipoxia tisular, trombosis, síndrome
compartimental y otros todos ellos muy graves y que suelen dejar secuelas de por
vida.
También tenemos que mencionar algunas posibles
desventajas relativas por llamarlo de alguna manera diría yo.
·
De momento implantarlo requiere una inversión
importante pero hay que valorar relación coste beneficio a más largo plazo, así
como calidad de vida del paciente. No puede ser un proceso tan complejo la instalación de una impresora
3D y la dotación de una Tablet con el programa de escaneo y el entrenamiento
del médico / due (que es muy sencillo y corto).
·
El proceso de impresión de momento puede tardar
aprox. 24 horas y si tomamos en cuenta que en un centro de gran afluencia de
traumatizados podría ser un factor de
atraso en la colocación, también debemos valorar que muchas fracturas no se
inmovilizan de forma inmediata siendo conveniente un inmovilización temporal
las primeras 72h a una semana a fin de disminuir la inflamación local y tras
este periodo la colocación de la férula, esto nos da un margen de tiempo con el
que podemos tolerar ese lapso de fabricación de la férula. Con el tiempo la
previsión es que el coste de esta tecnología vaya disminuyendo y se pueda tener
varias impresoras 3D y por otra parte que el avance de la tecnología nos
permita tener la impresión de la férula más rápido.
En conclusión: Al día de hoy utilizamos una técnica de colocación de yesos de
inmovilización de fracturas de los años 1800 y que es bastante engorrosa y a mi
criterio compleja; necesita un ayudante,
agua, una sala espaciosa con instalaciones de grifería, almacenaje del
material, se salpica la ropa, el suelo, personal de limpieza, en fin ya bastante obsoleta y siendo España pionera en esta
tecnología, es impensable que el corto
plazo los centros asistenciales de atención traumatológica que llevan a cabo
este tipo de actividad no estén actualizados.